
Por Sandra Solís Este verano descubrí un pequeño placer que me procuró grandes momentos. Antes de abrir la tienda, por la tarde, tras subir la cuesta de mi casa y llegar a la calle Cimadevilla muy acalorada, compré una tarrina de turrón en helados Verdú y me senté a dar buena cuenta de ella, despacito, saboreando cada cucharada, a la sombra del árbol de la plaza Daóiz y Velarde más cercano al Palacio del Marqués de San Feliz. Resguardada del calor por su enorme sombra, corriendo una ligera brisa y disfrutando de la quietud de la primera hora de la tarde…. Leer más »